En una secundaria de Puebla, un hombre se hizo pasar como maestro pasante para entrar al plantel y poder robarle a los estudiantes.
El hombre que dijo llamarse Edgar, entró al salón de clases y les pidió a los alumnos sus teléfonos celulares, pues les instalaría una aplicación para optimizar sus trabajos escolares.
El supuesto maestro sale del salón, después de un tiempo los alumnos no ven ni la sombra del sujeto que con toda su habilidad les dio baje a nada más que ¡60 celulares!.
Las víctimas esperan que la escuela les reponga sus teléfonos, o que al menos, mejoren los sistemas de seguridad; en caso de que la escuela no haga nada, denunciarán a la directora, pues piensan que fue cómplice.
